El pueblo de España lleno de cuevas que te dejará sin palabras: parece de cuento


Cuando pensamos en los pueblos con más encanto de Alicante, los primeros nombres que suelen venir a la mente son Altea y Guadalest. Altea con su aire mediterráneo, sus fachadas blancas y ese toque artístico que tanto enamora. Guadalest, por otro lado, es el típico escenario de postal: enclavado entre montañas, lleno de historia y con unas vistas espectaculares. Pero a veces, lo verdaderamente especial está esos lugares que aún no han sido invadidos por las multitudes. Uno de ellos es Rojales, una pequeña joya que guarda un secreto fascinante: las Cuevas del Rodeo.
Situado en plena comarca de la Vega Baja del Segura, Rojales es un pueblo tranquilo a menos de una hora de Alicante capital. Puede parecer discreto a simple vista, pero cuando uno se adentra en su entramado de calles y llega a la colina donde se encuentran las cuevas, la sorpresa es inmediata. Allí, excavadas en la roca, se abre un mundo insólito: una especie de museo al aire libre habitado por artistas, lleno de creatividad, color y una energía que atrapa desde el primer momento.
Rojales, el pueblo más auténtico de Alicante
Rojales es un municipio con una historia rica y un legado cultural que se remonta a la época musulmana. El pueblo creció a orillas del río Segura, que aún hoy atraviesa su casco urbano y al que debe gran parte de su desarrollo agrícola. Tras la Reconquista, pasó por diferentes manos nobiliarias y fue consolidándose como una localidad próspera gracias al riego y a la producción hortofrutícola.
Uno de sus principales símbolos históricos es el Puente de Carlos III, construido en el siglo XVIII. Esta estructura de piedra con cinco ojos es una joya arquitectónica que une las dos orillas del pueblo y forma parte inseparable de su imagen. Cerca se encuentra la Noria Hidráulica, aún en funcionamiento, que recuerda la importancia del agua en la historia local.
Otro punto de interés es el EcoMuseo del Huerto de la Rueda, un espacio que explica la evolución de la agricultura en la zona, con elementos tradicionales como molinos, herramientas y canalizaciones antiguas. También merece una visita el Parque del Recorral, una zona verde con rutas de senderismo y áreas para el descanso y el ocio en plena naturaleza.
Cuevas del Rodeo
Las Cuevas del Rodeo no son una invención moderna ni una atracción turística artificial. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando los jornaleros de la zona, en busca de refugio, comenzaron a excavar viviendas en la ladera del monte. La roca caliza del terreno, blanda y manejable, permitió que estas familias sin recursos pudieran crear sus propios hogares sin necesidad de grandes herramientas.
Con el paso del tiempo, estas viviendas excavadas cayeron en desuso. Muchas fueron abandonadas y olvidadas, hasta que, hace unas décadas, un grupo de artistas y vecinos vio en ellas un potencial increíble. Así comenzó una transformación silenciosa pero poderosa, que ha convertido el barrio de las cuevas en un espacio único en la provincia de Alicante.
Hoy en día, las Cuevas del Rodeo se han convertido en un referente cultural alternativo. Muchas de ellas han sido rehabilitadas respetando su estructura original y funcionan como estudios de arte, talleres artesanales, pequeñas galerías o centros de encuentro. Pasear por este lugar es como entrar en un universo paralelo, donde cada puerta esconde una sorpresa.
Algunas cuevas están repletas de lienzos coloridos; otras, de esculturas hechas con materiales reciclados; otras tantas, de cerámica, tejidos, grabados o instrumentos musicales. Hay artistas que abren sus puertas al público para mostrar su proceso creativo en directo. Incluso es posible charlar con ellos, conocer su historia y, si te animas, llevarte una pieza única a casa.
Una de las mejores maneras de conocer las Cuevas del Rodeo es asistir a los llamados Domingos de Arte, que se celebran una vez al mes. Durante ese día, el barrio cobra vida con actividades para todos los gustos: exposiciones temporales, música en directo, talleres participativos, puestos de comida artesanal y mucho más. Familias, viajeros curiosos, estudiantes de arte y vecinos se mezclan en un ambiente relajado y lleno de energía positiva.
Lo más destacado de este rincón de Rojales es que ha sabido crecer sin perder su esencia. Lejos de convertirse en un parque temático o en un decorado turístico, las Cuevas del Rodeo conservan su carácter. No hay tiendas con souvenirs, ni tours organizados. Lo que hay es un turismo pausado, donde cada paso es un descubrimiento y cada conversación, un aprendizaje. Este modelo, apoyado por el ayuntamiento y gestionado en gran parte por los propios artistas y asociaciones locales, ha logrado que el barrio mantenga su autenticidad.
En resumen, Rojales combina historia, tradición y naturaleza en cada rincón, ofreciendo una experiencia auténtica más allá de los lugares habituales. Ideal para los que buscan conocer el alma de un pueblo alicantino con identidad propia.